1 Reyes

Los libros de Samuel, Reyes y Crónicas presentan la historia del Reino de Israel. Los primeros cuatro lo dan desde un punto de vista humano, y en Crónicas, se ve desde el punto de vista de Dios.

El tiempo que abarca 1 Reyes es de unos 120 años. El libro comienza con la muerte de David y termina con la muerte de Acab. Un estudioso de la Biblia ha dicho: "Durante este tiempo la nación pasa de la riqueza y la influencia a la pobreza y la parálisis". La nota trágica que suena en 1 Reyes 11:1 marca un punto de inflexión en la historia de Israel. "Pero el rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras… " Como resultado, la carne prevaleció sobre el Espíritu. Por lo tanto, leemos estas tristes palabras en 1 Reyes 11:4: "Cuando Salomón era viejo… sus mujeres desviaron su corazón tras dioses ajenos".

Cuando se abre 1 Reyes, Samuel está muerto y David se está muriendo. 1 Reyes 2 cuenta cómo este pastor, guerrero, rey y salmista fue a estar con el Señor. Salomón, hijo de David, ascendió entonces al trono de todo Israel. Este libro es importante porque cuenta una historia de agudos contrastes: primero, el mayor esplendor de Israel; segundo, la trágica caída de Israel. Después de la muerte de Salomón, hubo una rebelión. La nación se dividió en dos reinos: Israel en el norte y Judá en el sur. Rey tras rey condujo al pueblo a la idolatría. Es la vieja historia del pecado seguido del castigo.

Dos hombres se destacan más conspicuamente que todos los demás mencionados en 1 Reyes: Salomón y Elías. La historia realmente se centra en estos dos líderes. Al estudiar a estos hombres, cumplimos el propósito de este volumen: ver a Cristo en cada libro del Antiguo Testamento.

REINADO DE SALOMON–

El nombre Salomón significa "paz". Su reinado es un tipo o imagen de ese reinado de paz por Aquel que es más grande que Salomón [ Lucas 1:32 ; Mateo 12:42 ]. ( Ed: Ver advertencias sobre tipología – Estudio de tipos bíblicos )

El reinado de Salomón fue notable por cinco razones sobresalientes:

Sabiduría ( 1 Reyes 3:9-12 ; 4:29-34 ).

La leyenda judía dice que Salomón podía incluso conversar con las bestias del campo. Sus proverbios, de los cuales 3000 están registrados, demuestran la gran sabiduría que Dios le había dado. ¡Qué maravillosas pautas son para la conducta de vida incluso ahora!

Paz y prosperidad ( 1 Reyes 4:25 ).

El reinado de Salomón fue un tiempo inusual para Israel. La tierra había sido destrozada por la guerra. Ahora llegó un tiempo de calma, de paz. “Y Judá e Israel habitaron seguros, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, desde Dan hasta Beerseba, todos los días de Salomón” ( 1 Reyes 4:25 ).

La edificación del templo (1 Reyes 5-7 ).

El templo de Salomón fue insuperable en su época por su esplendor y lujo. Fue la joya de la corona del reinado de Salomón. De Israel salieron 30.000 hombres trabajando en relevos de 10.000 por mes. Además, 150.000 "extranjeros", 70.000 de ellos acarreadores y 80.000 canteros, junto con 3.300 supervisores, colaboraron en los trabajos.

Dios entra en el templo (1 Reyes 8 ).

Cuando la estructura fue completada y dedicada, la nube de gloria, la Shekinah , descendió y la llenó. Esta fue la manifestación visible de la presencia de Dios en medio de Su pueblo.

La visita de la Reina de Saba (1Reyes 10 ).

Este influyente gobernante le dijo a Salomón: "Verdad es la fama que oí en mi tierra de tus hechos y de tu sabiduría" ( 1 Reyes 10:6 ). La gobernante rica quedó tan impresionada con lo que había oído y visto que dio gloria a Dios, diciendo: "Bendito sea el SEÑOR tu Dios, que se agradó de ti para ponerte sobre el trono de Israel" (11 Reyes 0 :9). Una reina gentil contemplando la riqueza y la belleza del reinado de Salomón es una imagen de lo que Dios tiene reservado para esta tierra.

UNO MAYOR QUE SALOMON–

El evangelio según Mateo comienza con las palabras: "Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David". La designación "hijo de David" inmediatamente trae a la mente a Salomón, ataviado con toda su gloria real. Su reinado es un anticipo de lo que sucederá cuando el Hijo mayor de David, el Señor Jesucristo, gobierne sobre la tierra.

Dios ha decretado que un hombre va a gobernar este mundo con sabiduría. Isaías escribió: “Y saldrá una vara del tronco de Isaí, y un retoño brotará de sus raíces; y reposará sobre él el Espíritu de Jehová, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová,… mas con justicia juzgará a los pobres, y reprenderá con equidad para los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el aliento de sus labios matará a los impíos” ( Isaías 11:1 , 2 , 4 ).

El reinado milenario de nuestro Señor será un tiempo de paz y prosperidad. El profeta Miqueas declaró de Cristo: “Y juzgará entre muchos pueblos, y reprenderá a naciones fuertes desde lejos; y convertirán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. sino que cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera, y nadie los atemorizará; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha dicho” ( Miqueas 4:3 , 4 ).

Volverá a levantarse un templo en la antigua Jerusalén. Si estudia cuidadosamente Ezequiel 40 al 49, aprenderá acerca de este magnífico edificio. La gloria del Señor llenará ese lugar, y vendrán a él personas de todas las naciones. Miqueas predijo,

Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, ya la casa del Dios de Jacob ( Miqueas 4:2 ).

Zacarías entregó esta profecía adicional: Y acontecerá, en aquel día, que aguas vivas saldrán de Jerusalén; la mitad de ellos hacia el mar anterior, y la mitad de ellos hacia el mar posterior; en verano y en invierno será. Y el SEÑOR será rey sobre toda la tierra; en aquel día Jehová será uno, y su nombre uno. Y acontecerá que todos los que sobrevivieren de todas las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, ya celebrar la fiesta de los tabernáculos. ( Zacarías 14:8 , 9 , 16 ).

DE REYES A PROFETAS–

¡Qué trágico el cambio! El capítulo 10 habla de Salomón y toda su gloria. Luego, el capítulo 11 habla del pecado de Salomón, narra el comienzo de la rebelión de Jeroboam y registra la muerte de Salomón. Pronto siguió la división del reino y la caída en la idolatría. Naturalmente nos preguntamos por qué. La respuesta, por supuesto, es que el hombre caído echa a perder todo lo que toca.

A partir de este momento, el Señor Dios ya no se reveló principalmente a los reyes; más bien, recurrió a los profetas. Desde 1 Reyes 11 hasta el comienzo del Nuevo Testamento, Dios habló a su pueblo principalmente a través de estos hombres especialmente escogidos.

ELÍAS —

Las experiencias del profeta Elías nos dan un desafío para hoy, porque estuvo activo en un tiempo de apostasía. El fin de nuestra era también estará marcado por la apostasía, por lo que un estudio de los hombres malvados de la época de Elías nos dirá lo que se puede esperar. Las mismas condiciones existen ahora que entonces. [Rey] Acab se había casado con Jezabel. Esta mujer malvada introdujo la adoración a Baal y otras formas de idolatría. Acab estaba sentado en el lugar de autoridad en el trono de Israel, pero negaba al Dios de Israel. A veces se ven condiciones similares en la conducta de los líderes religiosos de nuestros días.

En 1 Reyes 18 leemos de dos profetas, Abdías y Elías. Abdías temía al Señor y alimentó a los profetas de Dios que estaban escondidos en una cueva. Pero él vivía en la casa de Acab, ¡una posición comprometedora! Acab nunca habló una palabra en contra de Abdías. Pero con respecto a Elías, el rey malvado dijo: "¿Eres tú el que perturba a Israel?" (18:17). Elías no retrocedió ante una confrontación con Acab. La exoneración de Dios de Elías tuvo lugar en el Monte Carmelo, y ese profeta se convirtió en el instrumento del juicio de Dios sobre los profetas tanto de Baal como de las arboledas [es decir, lugares de adoración a múltiples ídolos].

VERDAD PRÁCTICA–

En 1 Reyes, una verdad asoma en el horizonte: un gobierno que deja fuera a Dios, ya sea una dictadura o una democracia, está condenado al fracaso. El gobierno del hombre siempre termina en desorden. Sin embargo, aunque los tronos de la tierra se desintegren, el trono del cielo permanecerá para siempre.