2 Reyes

Ahora llegamos a quizás el libro más triste de toda la historia judía. Registra el cautiverio de Israel por parte de Asiria en el 721 a. C. y el cautiverio de Judá por parte de Babilonia en el 586 a. C.

2 Reyes a menudo se llama el "libro de la dispersión". En 1 Reyes leemos que Salomón sucedió a David, y vimos cómo Israel alcanzó el cenit de su esplendor terrenal. Pero Salomón fracasó. Pecó al cobrar impuestos indebidamente a la gente para mantener su estilo de vida, y el reino se dividió.

El resultado de su pecado fue la mano de Dios para castigar. Esto se expresa mejor en lo que muchos consideran el versículo clave de 2 Reyes: “En aquellos días comenzó Jehová a destruir parte de Israel” (10:32).

El lector comprenderá mejor el escenario y las circunstancias en Israel y Judá si lee los libros proféticos escritos durante ese tiempo.

A Israel: Amós y Oseas.

A Judá: Abdías, Joel, Isaías, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías y Jeremías.

ESQUEMA DEL LIBRO–

Israel y Judá hasta la caída de Samaria (2 Reyes 1-17 )

La historia de Judá hasta la destrucción de Jerusalén (2 Reyes 18-25 )

El libro de 2 Reyes comienza con el registro de la traslación de Elías, la sucesión de Eliseo y el maravilloso grito: "El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo" ( 2 Reyes 2:15 ). El libro se cierra con la triste situación del rey Joaquín ( 2 Reyes 25:27-30 ). El libro comienza con la bendición del cielo sobre el profeta de Dios; cierra con el rey de Judá bajo una asignación regular de un gobernante pagano ( 2 Reyes 25:30 ).

Segundo de los Reyes está lleno de enseñanzas acerca de Cristo, aunque no se menciona su nombre. El ministerio de Eliseo, cuyo nombre significa "mi Dios es salvación", es un cuadro gráfico de nuestro Señor Jesucristo en medio de abundantes males. Consideremos tres de estas imágenes.

CRISTO Y EL CREYENTE ( 2 Reyes 2:1-22 )

Al considerar el relato de la traslación de Elías al cielo y la transferencia de su poder a Eliseo, casi se siente como si estuviera leyendo los primeros capítulos del libro de los Hechos.

Elías ascendió al cielo corporal, personalmente y visiblemente. Note la progresión del camino de Eliseo hacia el poder. Rehusó quedarse en Gilgal, el lugar donde el oprobio de Egipto había sido quitado [ Josué 5:9 , 10 ]. Fue con Elías a Betel, "la casa de Dios". Pero necesitaba más que eso. Así que siguió con el profeta de Betel a Jericó, el lugar de la maldición. Pero un paso más siguió en la progresión. Caminó hasta el Jordán, el lugar de la muerte, y pasó por el río con Elías y al otro lado. Esto le dice al creyente que nos consideramos “muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro” ( Rom 6:11 ).

Luego, como los discípulos de Cristo siglos más tarde, Eliseo vio cómo su mentor era llevado al cielo ( 2 Reyes 2:11 ). ¡Toma nota de la energía de su fe! La verdadera fe siempre cuenta con la fidelidad de Dios. Eliseo había cumplido con las condiciones de Dios, así que esperaba que Dios cumpliera Su parte. Por fe, tomó el manto de Elías y golpeó las aguas, y se partieron. Luego volvió cruzando el Jordán por el mismo camino por el que había ido. El poder de Elías era suyo.

Todo esto es un hermoso cuadro de nuestra identificación con el Señor Jesús en Su muerte, Su resurrección, Su ascensión y Su posición actual a la diestra del Padre. Y así como el espíritu de Elías se convirtió en el de Eliseo, el Espíritu Santo mora en el creyente para demostrar a través de él la vida de resurrección del Señor Jesucristo.

CRISTO Y LA PALABRA ( 2 Reyes 4:38-41 )

La tierra estaba plagada de sequía. Todos los esfuerzos habían fallado; el hambre se había extendido por toda la nación [ 1Rey 8:35-39 ]. Incluso una consideración superficial del relato trae a la mente similitudes con la actual condición espiritual de la cristiandad [ Amós 8:11 , 12 ].

No sólo había escasez en la tierra, también había "muerte en la olla". La comida había sido envenenada con calabazas silvestres. Los que iban a participar de la comida no sabían de este ingrediente mortal. En el Nuevo Testamento, nuestro Señor advirtió sobre la "levadura" que se había deslizado en la harina [ Mat 13:33 ; 16:6 , 11 , 12 ]. Y Judas dice que "algunos hombres se infiltraron sin saberlo… hombres impíos, que convirtieron en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y negaron a Dios el único Señor, y al Señor Jesucristo" ( Judas 1:4 ). Los hijos de Dios deben estar alerta a cualquier "muerte en la olla", cualquier infiltración de pecado y error.

¿Cómo vamos a contrarrestar la presencia del mal? En el relato bíblico, Eliseo ordenó que trajeran comida y la echaran en la olla. En las fiestas de Jehová y los sacrificios del tabernáculo, la comida representaba la Palabra de Dios. ¡Ese es el antídoto para el veneno teológico! "A la Ley y al Testimonio; si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido» ( Is 8 , 20 ). El Señor Jesús oró: “Santifícalos en tu verdad; Tu palabra es verdad” ( Juan 17:17 ). Aunque la Palabra escrita de Dios revela la Palabra viva, el Señor Jesús, son inseparables. La falsa doctrina sólo puede ser contrarrestada por la predicación y la enseñanza de la Biblia.

CRISTO Y EL PECADOR ( 2 Reyes 5:1-14 )

La limpieza de Naamán el leproso es una joya entre las historias del Antiguo Testamento. Este incidente describe bellamente la provisión que Dios ha hecho en Cristo para uno afligido con la terrible lepra del pecado.

Aunque Naamán tenía una posición exaltada con el rey de Siria, era honrado por su amo y era un hombre valeroso, la palabra fatal sobre él se expresa claramente en el relato. "Era un leproso". La lepra habla de la corrupción del pecado, que aflige a cada individuo. Independientemente de la excelente herencia, la cultura adquirida, la educación extensa o el carácter moral, el hombre a los ojos de Dios es un leproso espiritual. “No hay justo, ni aun uno” ( Rom 3:10 ).

Esta emocionante historia de la limpieza de un gran hombre se destaca por el fiel testimonio de una pequeña doncella que había sido llevada cautiva a Siria. Ella era una sierva en la casa de Naamán y dio un testimonio fructífero del poder de Dios a través de Su siervo Eliseo. El Espíritu Santo elige usar hombres y mujeres, niños y niñas, para dar el mensaje de la gracia redentora en Cristo. Nuestro Señor dijo a Sus discípulos: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo; y me seréis testigos” ( Hechos 1:8 ).

Satanás se opone amargamente a la operación de la Palabra de Dios y el Espíritu de Dios en la obra de limpiar a los leprosos espirituales. Esto se ve claramente en el relato de Naamán, donde tres fuerzas trabajaron contra su recuperación de la lepra. Primero leemos que fue al rey de Israel, en lugar del profeta Eliseo ( 2Rey 5:5 ).

En segundo lugar, Naamán tenía una idea preconcebida de la forma en que debía llevarse a cabo su limpieza. ¡Cuán propio de la naturaleza humana es querer algún espectáculo de la carne, alguna demostración espectacular, en lugar de simplemente creer en la Palabra! Naamán dijo: "Pensé, ciertamente saldrá a mí, y se pondrá de pie, e invocará el nombre de Jehová su Dios, y golpeará con su mano el lugar, y curará la lepra" ( 2 Reyes 5:11 ). .

La tercera forma de oposición vino en forma de prejuicio. El leproso dijo: "Mejores ríos tenemos en casa que este" (ver 2 Reyes 5:12 ). Esta tendencia se ve a menudo hoy en día en las estrictas fórmulas denominacionales que se suman al evangelio puro. Mezclan demandas tales como unirse a su iglesia o someterse a alguna ordenanza para estar seguros de la salvación. La limpieza para Naamán vino solo cuando obedeció la palabra del profeta de Dios y entró en el único río especificado. Ningún "río" elegido por el hombre puede quitar la culpa del pecado. Solo hay una manera. "La sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado" ( 1 Juan 1:7 ).