Anoche me tome el tiempo para ver una película llamada Six, una descripción interesante de los últimos tiempos y la marca de la bestia. Y aunque toda la película fue muy interesante y muy bien hecha, la única cosa que realmente me impactó y que no he podido dejar de pensar es la selección que los muchos que fueron capturados tenían que hacer en un corto período de tiempo. Estos prisioneros tenían treinta días durante los cuales se les sometía a torturas, traumas psicológicos, y todo tipo de persuasión posible para obligarlos a optar por recibir la marca de la bestia, al final de esos treinta días, aquellos que no hubiesen aceptado la marca eran decapitados, y el resto de los prisioneros eran obligados a presenciar la ejecución.
Lo interesante de esto es que en este lugar la mayoría de las personas eran cristianos, y cada uno de los seguidores de Jesús esperaba con ansioso regocijo el día de su ejecución, en medio de cantos y alabanza a Dios.
El resto de los presos llamaban a estos hombres locos, y se referían a la prisión como una cárcel de locura.
Este tema ha despertado mi espíritu con tanta fuerza que no puedo dejar de pensar en esta elección, y sobre esta locura, y en aquellos cuyas cabezas eran cortadas en la guillotina, y en aquellos que elegían en su lugar recibir la marca y vivir.
Y me pregunto, dada una opción de este tipo, ¿cuántos de nosotros los cristianos del presente recibirían con alegría la noticia de que vamos a morir por Cristo? ¿Cuántos de nosotros realmente cantaría y alabaría a Dios, y cuantos de nosotros simplemente negarían a Jesús con el fin de seguir con vida?
Olvidemos por un momento el hecho de que en esta película el rapto ya había tenido lugar y que las personas que estamos tratando son los que se quedaron atrás, y por un momento situémonos en los tiempos de Nerón, cuando miles a de cristianos les fue dada la opción de negar a Jesús, y los que no le negaban eran usados como alimento para los leones y tigres en los coliseos, o eran utilizados como instrumento de practica para los gladiadores, o colgados en cruces en los caminos de Roma.
Pero no vayamos tan lejos en el pasado o en el futuro, y situémonos en el presente, en la India o Irán o Irak o muchas partes de África, donde tantos cristianos están sometidos hoy al mismo dilema…
¿Cuántos de nosotros realmente preferiría morir antes que negar a Jesús?
Me temo que hablar de fidelidad seria sobreestimarnos nosotros mismos en un momento como este, pues cuando nos enfrentamos a esta realidad, debemos confrontar nuestra propia convicción interna, y el verdadero significado de la salvación, pues al ser golpeado de frente con dicha opción, no hay pasado presente o futuro, esta no es situación de vida o muerte, sólo se trata de hacer una elección, y esta elección determina si somos verdaderamente cristianos, si realmente creemos en Dios y la vida eterna, si realmente creemos en Jesús y sus promesas. "Porque cualquiera que me niegue delante de los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos" (Mateo 10:33)
Cuando todo queda reducido a enfrentar la verdad, todas las apuestas quedan fuera, no hay mejor o peor, más grande o más pequeño, rico o pobre, blanco o negro, esclavo o libre. Es sólo Jesús o no Jesús.
Y esto es muy importante porque un día, mas tarde o mas temprano todos, y tengo que hacer hincapié en esta palabra, todos, absolutamente todos; los que se hacen llamar Cristianos y los que se llaman por otros nombres, todos en algún momento tendremos que tomar esta decisión.
No importa si creemos o no que llegara este momento, no importa si pensamos que somos verdaderamente fieles a Cristo o nos llamamos ateos. Todos en algún momento de nuestras vidas enfrentaremos esta verdad
Yo puedo hoy afirmar con valentía que llegado el momento de elegir, obviamente elegiré a Jesús. Si me fuese ordenado a punta de pistola que negara al Cristo, o moriría definitivamente preferiría morir antes que rechazar al autor de la salvación. Aunque de cierto, mientras estoy afirmando esto no tengo a nadie con un arma apuntando a mi cabeza, y tampoco tú estas en esa situación por el momento.
Porque aunque yo creo en mi corazón y mi alma que preferiría morir antes que negar a Jesús, sólo hay uno que realmente sabe lo que yo haría ante tal situación, ante tal elección.
Poe supuesto aquí no estamos sometiendo la respuesta a un justo análisis.
Pero solo por curiosidad, hagámonos esta pregunta.
Ante tal decisión, negar a Jesús o morir ¿Qué opción tomarías?
Por favor, si no te identificas ante los demás como cristiano, no respondas aun esta pregunta!
Rev. José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús
25 de julio 2010