Antes de mi retorno a Cristo pensaba que los cristianos eran raros, locos con el cerebro lavado, perdedores sin vida que necesitaban aferrarse a su religión como una forma de desconectarse de su miseria, pensaba que los líderes de las iglesias eran manipuladores que se aprovechaban de aquellos que se dejaban lavar el cerebro, y veía todas las iglesias por igual. Católicos, evangélicos, testigos de Jehová, mormones, para mí eran todos iguales. Yo no podía distinguir entre un mormón y un Pentecostal. Veía a un cristiano como un mercader de baratijas cargando una Biblia, con camisa blanca pantalón negro y un portalápices de bolsillo el cual va de puerta en puerta vendiendo su veneno o tratando de sacar dinero de las personas.
Y ese es el estereotipo que ha hecho el mundo de los cristianos, así es como el mundo aún nos ve, cómo el diablo nos ha pintado para mantener a sus víctimas lejos de nosotros, y cada vez que un predicador aparece en la lista de los más buscados, cada vez que hay un "escándalo" que implica a cristianos, algún titular acerca de inmoralidad, fornicación, infidelidad, homosexualidad, perversión, de abuso de menores, divorcio, estafa o cualquier otro pecado moral o social en las noticias, el mundo obtiene una confirmación de sus preconcebidas creencias. No importa que la gente del mundo hace estas cosas regularmente sin siquiera mirarlas como pecado, cuando un líder de una iglesia hace cualquiera de estas cosas, se convierte en titular, es una noticia digna de ser publicada, y le da a los incrédulos una razón para mantenerse alejados de ésos ‘mercaderes de baratijas que cargan una Biblia y que siempre están tratando de vender algo, o de engañar a alguien, o hacerles creer a sus ideas locas’.
No importa quien haya cometido el pecado, o si se ha cometido algún pecado, ya sea católicos, evangélicos, mormones, Testigos de Jehová, es todo lo mismo, "todos son el mismo grupo, y sus hábitos de tráfico, y su extraña sectas, y sus campos de concentración, y sus sectas de poligamia, etc. son repugnantes, inmorales, y cosas de locos”.
Esa es la realidad actual de la iglesia, el diablo le ha vendido al mundo un buen engaño, y de quién es la culpa de que llevemos con nosotros una imagen tan oscura? Se supone que debemos ser la luz del mundo (Mateo 5:14-16), sin embargo a menudo se nos ve como algo que se debe evitar. ¿Somos los evangélicos merecedores de este estereotipo? Por supuesto que sí!
¿Por qué? Porque estamos durmiendo, mientras que otros están haciendo aspavientos, porque muchas veces nuestros líderes han sido cegados por exaltar su propia gloria, porque no hemos hecho un esfuerzo para separarnos de los demás, para que el mundo sepa que hay una diferencia entre los evangélicos y los mormones y los testigos de Jehová y los católicos, porque cuando un tele-evangelista vestido de corrupción se convierte en noticia de primera plana, solo susurramos entre nosotros mismos, a menudo criticando y juzgando, a menudo fabricando excusas, en vez de actuar de acuerdo con la Biblia.
Varias veces he tenido que defender el Evangelio en situaciones en las que los crímenes y la corrupción de la iglesia de los últimos dos mil años se convierten en los crímenes y la corrupción del cristianismo. Lo que la Iglesia Católica hizo en los últimos dos mil años no es la Iglesia Católica quien lo hizo, “son los cristianos”, y lo único que hacemos al respecto es encogernos de hombros y mirar hacia otro lado.
Y en vez de hacer frente a estas situaciones cara a cara, en lugar de defender a Cristo, y convertirnos en la iglesia que Jesús una vez soñó, poco a poco estamos suavizando nuestra posición, ajustando nuestras doctrinas, haciéndolas "cada vez más modernas" y permitiendo que el mundo se deslice suavemente en nuestras bancas, convirtiéndonos cada día más en la iglesia de Laodicea. Nos enfocamos cada día más en evitar palabras "ofensivas", y en ser "políticamente correctos". ¿Qué bien hace al Evangelio en tener una iglesia llena de gente que no conoce a Cristo? ¿Como ayuda el Evangelio a una congregación que cree que es salva porque viene a la iglesia el domingo, o porque un día se murmuró un sí tímido a Jesús? Esa es precisamente la razón por la que se está convirtiendo en algo común el tener noticias de la inmoralidad, deshonestidad, corrupción, y otras barbaridades en el interior de la iglesia, esta es precisamente la razón por la que muchos piensan que somos una broma o una gran empresa, esta es precisamente la razón por la que cuando Jesús venga, la mayor parte de la iglesia se va a quedar atrás, si bien es cierto que esto es profético. (Mateo 25:1-13)
Es hora de dejar de perseguir la gloria personal, es hora de centrarse en el mensaje de Cristo, de tomar una posición por Cristo y llevar ante el púlpito una palabra sin compromiso, palabra que traiga convicción a las masas una palabra que traiga a las congregaciones de rodillas , es el momento de lanzar a aquellos que verdaderamente creen, de los bancos y a las calles, de prepararlos para salir a levantar la voz por Cristo, es el momento de exaltar y anunciar el verdadero Evangelio de Jesucristo a pesar de las consecuencias.
Que el mundo sepa que hay una verdadera luz brillando en la oscuridad, una vid verdadera la cual produce frutos para el reino, es el momento de "Dejar la insensatez y vivir, y andar en los caminos del discernimiento" (Proverbios 9:6) .
No somos verdaderos cristianos, si no estamos dispuestos a llevar nuestra cruz, no somos cristianos sinceros, si no estamos dispuestos a salir en defensa del evangelio, Jesús sabía que esto iba a pasar cuando habló las palabras escritas en Marcos 8:34-38 "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí y por el evangelio, la salvará. ¿Que bueno es para un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles. "
Así que salgamos en defensa de Cristo Jesús y salvemos nuestras almas, antes de que sea demasiado tarde!
Rev. José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús