Escrito el Martes 12 de Julio del 2011
Mientras pasan los días, hemos encontrado que es difícil y fácil el instalarse en San Ignacio. Fácil, porque la gracia de Dios está con nosotros, y todas las cosas ha caído en su lugar, con tal perfección como solo Dios pudo haberlo hecho; A El sea la gloria. En solo dos semanas, hemos hecho tantas cosas, que se siente como que hemos estado aquí durante dos meses.
Mas, nos ha resultado difícil, porque a cada paso que damos, nos damos cuenta de que esto no es Canadá, y hay mucho a que acostumbrarse, por ejemplo, cada ducha de agua fría, cada visita al supermercado, cada mirada por la ventana, nos recuerda que la vida en el gran norte es tan abundante, tan desbordante, y que tomábamos las cosas por desapercibido allí en nuestro antiguo hogar, pues allí estamos rodeados por una gran cantidad de todas las cosas.
Aquí todos los productos marcados como importados cuestan el doble de lo que estamos acostumbrados a pagar en Toronto, e incluso una simple barra de chocolate, la cual usualmente compramos por un dólar en la tienda de dólar en Toronto, aquí cuesta casi tres dólares. Y ese es una de mis pequeñas costumbres a la cual tengo que desacostumbrarme.
Hemos tenido que hacer ajustes serios y empezar a aprender a preparar y comer la comida local para poder tener acceso a una dieta razonable.
Gracias a Dios por Gran papá, él es un regalo de Dios, y Él ha sidote tanta ayuda durante estas primeras dos semanas, vamos a extrañarlo mucho cuando regrese a Montreal.
Pero podemos regocijarnos de que las cosas siguen sucediendo como si hubiesen sido programadas, y Dios continúa proporcionando el socorro que necesitamos en prácticamente todo.
Mañana todos vamos a Belmopan, a tratar de acelerar el registro del Ministerio, y el procesamiento de los permisos de trabajo,
El Domingo por la mañana, tuvimos nuestro primer servicio oficial de la iglesia, y aunque los asientos estaban vacíos, fue un gran éxito espiritual. Durante tres horas estuvimos adorando y alabando a Dios. María y Maya han mostrado una gran habilidad y una hermosa unción cantando y alabando al Señor.
El Domingo por la noche tuvimos la bendición de ser invitados a una iglesia en Santa Elena, el hermano Gil fue el predicador invitado, y porque él predicó en español, yo hice la interpretación al Inglés. Este fue un servicio ungido, y un mensaje poderoso.
Ayer estuve meditando y luchando con los retos y preguntas sin respuesta, y el Señor trajo a mi mente un reto que el pastor Sam puso al frente de la congregación un par de semanas antes de que partiéramos, Jeremías 32:27, "Yo soy el Señor, el Dios de toda la humanidad . hay algo demasiado difícil para mí? "Y mientras publicaba este versículo en Facebook en la mañana, nos sonreímos, porque, ciertamente, Él nos ha mostrado muy consistentemente durante en el último mes, que nada es demasiado difícil para él.
Muchas más cosas están sucediendo mientras escribo esta nota, pero voy a ahorrarlas para el próximo informe. María está trabajando frenéticamente en la preparación del material para la educación en el hogar para los niños, oramos para que Dios haga la provisión para eso.
En este momento lo que sí necesitamos es oración, por es el Espíritu de la apatía que tiuene el control de las comunidades de San Ignacio. Las iglesias están vacías, y la población esta en un sonambulismo. Pido a todos que se unan a nosotros para derribar la fortaleza del desánimo y la desilusión que mantiene este pueblo en la esclavitud.
Doy las gracias a todos ustedes una vez más en nombre de toda la familia por sus oraciones y apoyo.
Mi número de Toronto no está funcionando gracias a una cierta restricción de nuestro proveedor de Internet, pero tengo un numero telefónico de EE.UU., 804-699-8722, el cual esta activo la mayoría de veces, y si no puedes contactarme, deja un mensaje, voy a ser capaz de devolver la llamada.
Sean todos bendecidos.
Rev. José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús