Un hombre de Montreal se vio obligado recientemente a pagar a una pareja de homosexuales la cantidad de 12.000 dólares, tras ser acusado de homofobia debido a un incidente provocado por el manejo peligroso de uno de ellos, quien después de ignorar una señal de Parada casi atropella a uno de los hijos del acusado.
Aunque las pruebas demostraron que esta pareja era culpable de conducción temeraria y de poner en peligro la vida de los niños, también es cierto que los ánimos estuvieron bastante agitados tanto en el acusado como en sus acusadores los cuales intercambiaron muchas palabras inadecuadas.
Lo que provoca mi curiosidad es el hecho de que este hombre, un oficial retirado de alto rango del ejército canadiense fuese acusado y luego demandado exitosamente por esta pareja por el solo hecho de pronunciar algunos improperios. (Jan 14 2011 Nacional Post)
Y, cuando busco el termino homofobia en los diccionarios del idiomas Inglés, encuentro que es descrito como una serie de actitudes negativas hacia los homosexuales las cuales son causadas por el miedo. Esta misma palabra apareció por primera vez en una revista en 1969 refiriéndose a los hombres heterosexuales, que tienen temor de que otros puedan pensar que ellos son homosexuales.
Al considerar el hecho de que las personas homofóbicas son supuestamente temerosas de los homosexuales me rasco la cabeza en confusión ante el hecho de que un homosexual piense que alguien tiene temor de él o de ella; Pues todos sabemos que la homosexualidad no es una enfermedad contagiosa, y los homosexuales no son criminales, ni son abusadores de niños. Aunque ciertamente yo no confiaría a mis hijos al cuidado de una persona homosexual, y sencillamente digamos que es sólo una cuestión de preferencias personales.
Yo no estoy hablando de otras desviaciones sexuales en este tema porque yo no creo que se merezcan mi atención pues veo a aquellos que las practican como individuos simplemente depravados.
Pero con respecto a la palabra homofobia y su significado, me parece extraordinario que tantas veces escuchamos casos de acusaciones y debates y decisiones de los tribunales sobre la base de dicho término.
Cristianos, en particular, sin duda han cargado su porción de dolores de cabeza al salir en defensa de una enseñanza que está claramente definida en la Biblia. La homosexualidad es un pecado y una perversión inmoral, y cualquier persona que adopta esta práctica es un esclavo del pecado y vive encadenado. (Lev 18:22-23, Lev 20:13, 1 Corintios 6:9, 1 Timoteo 1:9-10, Romanos 1:26-27, Judas 7)
Y con respecto a mi experiencia personal, en las muchas ocasiones en las que me he cruzado en el camino con personas homosexuales; yo no podría hacer un juicio justo basado en la cantidad de homosexuales que he conocido en toda mi vida, los cuales probablemente serían menos cien. Sin embargo, si las estadísticas generales sobre el tema son creíbles, y con el apoyo de dicha experiencia, aparte del hecho de que la Biblia condena todo tipo de prácticas sexuales con personas del mismo sexo, yo podría decir categóricamente que la homosexualidad tiende a inducir a quienes la practican a una promiscuidad indecente, y a muchas otras tendencias pecaminosas no necesariamente relacionados con la homosexualidad, pero que de alguna manera parecen proliferar en torno a los homosexuales.
Igualmente estoy convencido de que los cristianos, como regla general, no tienen miedo de ser confundidos, o en cualquier caso, tentados o preocupados por la homosexualidad.
Mas la sociedad moderna, si nos basamos en el contexto original del término, parece haber establecido el consenso de que aquellos que no están de acuerdo o en cualquier manera no condonan el comportamiento homosexual, de algún modo tienen miedo de ser descubiertos en sus secretas tendencias homosexuales, viven reprimidos, y en un intento por mantener su secreto oculto, tienden a rechazar violentamente a aquellos que son abiertamente homosexuales. Y que aquellos que abiertamente abrazan esta practica y actúan en sus atracciones por parejas del mismo sexo o parejas múltiples, son quienes están siendo realmente honestos.
Sin prejuicio de aquellos que prefieren vivir tan obviamente innatural estilo de vida, puedo afirmar con toda confianza que lo único que los cristianos sienten por aquellos que practican la homosexualidad, es dolor y pena y compasión y un profundo deseo que Dios abra los ojos de sus corazones y les libere de su esclavitud a un comportamiento repugnante y autodestructivo.
Los cristianos no son en ningún modo temerosos, o en contra de aquellos que optan por seguir tratando de justificar sus actitudes pecaminosas, cualquiera que esta sea, y no especialmente los homosexuales, los cuales son simplemente víctimas de su propio descarrilamiento, independientemente de las razones que los llevaron a adoptar esta práctica.
Nosotros, los cristianos somos más bien movidos y motivados a amar a nuestro prójimo, independientemente de su credo raza, color, sexo, estilo de vida u orientación sexual, y nuestro mayor deseo es que todos lleguen a recibir la gracia de Dios, y sean expuestos al conocimiento salvador de Cristo.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor. (Romanos 6:23)
Rev. José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús