La Vara de Corrección!

Lo que Soportas es para disciplina, Dios te esta tratando como a un hijo. Porque ¿qué hijo no es disciplinado por su padre? (Hebreos 12:7)
Recuerdo haber sido un verdadero rebelde en los primeros años de mi vida, a menudo siendo fácilmente influenciado por otros niños, pues sentía una enorme atracción por las escapadas y las aventuras de la vida libre.
Recuerdo que me iba a las calles a jugar por largas horas, hacía allí cosas que la mayoría de la gente en aquellos días, y yo hoy, consideraría negativas, aunque la mayoría de estas cosas eran inofensivas. Estas actividades eran negativas porque yo estaba actuando en desobediencia a mis padres, ya que con frecuencia tenían que enviar a mi hermana para encontrarme en las calles, porque a menudo no retornaba yo a casa hasta después del anochecer y yo sólo era un niño.
Estas escapadas eran negativas porque las cosas que estaba haciendo estaban dándole forma a la persona que iba yo a ser y todas estaban en su mayoría enfocadas en conseguir el dinero rápido y fácil, en buscar las oportunidades que me abrían los caminos para conseguir las cosas que yo quería.
La mayoría de los padres considerarían que estas son características positivas, pero sin la dura disciplina en mi hogar ese camino sólo me hubiese llevado a la delincuencia. Y aunque no era un ladrón, en algunas ocasiones robé pequeños artículos, sin embargo mi creatividad estaba mayormente concentrada en desarrollar esquemas para conseguir dinero o cosas de los demás.
Mis padres sin embargo no tenían ninguna intención de dejar que yo me convirtiera en un delincuente, por lo que pague bien caro por mi rebeldía. Muchos días me los pasé atado a un árbol de aguacate, siendo tratado como un perro, pues mis padres me decían que si yo quería vivir como un perro ellos estaban dispuestos a tratarme como tal, en muchas ocasiones sentí el ardor de los golpes de la vara en mis piernas y en mi trasero, algunos días me los pasé arrodillado por largas horas en el piso de tierra y con mi cara a la pared. ¿Disfrutaba yo de esos castigos? Por supuesto que no, ¿eran estos extremos en su naturaleza? Yo creo que lo eran. Nunca pensaría someter a mis hijos a esos bárbaros métodos de disciplina, si un padre se atreve a hacer cosas como estas hoy día, probablemente terminaría en la cárcel y en la mayoría de las circunstancias yo estaría de acuerdo con ello, pero la pregunta fundamental es, ¿merecía yo ese tipo de disciplina? Yo me atrevo a responder categóricamente que si. Sí, definitivamente la merecía, y puedo entender cómo muchos de ustedes estarán en desacuerdo con esta afirmación. Mas este aparentemente cruel y excesivo castigo me salvó de una vida de miseria y derrota, me rescató de mí mismo. ¿Tuvo esto algún efecto psicológico en mí? Bueno, quizás si lo tuvo, pues eventualmente aprendí a permanecer fuera de las calles, y aprendí cuan reprochable es caminar en desobediencia. También aprendí que la rebeldía es impráctica, y por supuesto, he desarrollado un amor especial por los aguacates, y por los perros.
En aquellos tiempos esta era la forma en que los padres disciplinaban a sus hijos cuando les importaba, al menos en el lugar de dónde vengo. Tengo cinco hermanos y hermanas, y aunque algunos de ellos recibieron su porción de disciplina, nunca tuvieron que pasar por esos extremos, porque ellos no tenían el problema que tenía, y no estaban haciendo las cosas que yo estaba haciendo.
¿Funcionó esta disciplina? Me siento tentado a decir que sí, sin embargo por sí sola no creo que hubiese tenido ningún efecto duradero. Muchos otros factores, como el modelado, y la orientación y el apoyo y el cuidado por parte de mis padres tuvieron que complementar esta disciplina para que funcionara como lo hizo. Pero estoy convencido de que el factor más influyente en mi transformación fue el hecho de que a los once años encontré a Jesús, me enamoré de él y esto cambió totalmente mis caminos.
Desde que tenia yo unos meses de nacido, y asta los doce años de edad, vivíamos en un barrio muy bajo, no bajo como normalmente entenderíamos bajo, estoy hablando de un lugar donde había todos los extremos, extrema bajeza, extrema pobreza, extrema corrupción y prostitución y homosexualidad y extrema delincuencia y las drogas y el alcohol, y la des-educación, y si me he olvidado de algún otro atributo, por favor inclúyalo. Todo lo que está escrito en la lista de maldades y cosas perversas y perdición se encontraban en ese lugar, y estábamos atrapados por la pobreza, no podíamos salir de allí porque no teníamos con que vivir en otro lugar, de hecho, ni siquiera teníamos los recursos para vivir en ese lugar.
Muchos vecinos mas de una ves abiertamente se quejaron a mis padres acerca de sus métodos de disciplina, pero no puedo contar los hijos de estos vecinos entre los sobrevivientes de esa vida oscura; algunos fueron asesinados algunos murieron de SIDA u otras enfermedades, otros todavía están en la cárcel, algunos otros todavía pueden ser encontrados en ese mismo barrio, sentados en las esquinas, mendigando para poder tomarse el siguiente trago o darse el próximo pase.
Y aunque no puedo contar ninguna persona de ese barrio que no terminara muerta o en prisión o marginada o en situación de pobreza extrema; en nuestro hogar somos seis hijos, cinco de nosotros completamos una carrera universitaria y todos tenemos hijos que, o bien ya tienen un título universitario o están en camino de conseguirlo, nuestra hermana mayor no logró ir a la universidad, sin embargo sus cuatro hijos, hoy son todos profesionales de renombre.
Mi punto es "Instruye al niño en el camino que debe andar y aun cuando fuere viejo no se apartará de él" (Proverbios 22:6)
"La vara de la corrección imparte la sabiduría, pero un niño abandonado a sí mismo será la desgracia de su madre" (Proverbios 29:15)
"El que retiene la vara odia a su hijo, pero el que lo ama se cuida de disciplinarlo. (Proverbios 13:24)
La necedad está atada al corazón de un niño, pero la vara de la corrección la alejará de él. (Proverbios 22:15).
Podría citar algunas decenas de versículos de la Biblia que nos enseñan la importancia de la disciplina, pero creo que mi punto ya ha sido presentado. Y podríamos entrar en el tema de si la vara literal es apropiada o no, pero ese es otro tema. Yo personalmente no uso la vara literal con mis hijos, pero sólo porque ellos no dan el motivo, y esto es un punto al cual me gustaría referirme brevemente.
La disciplina comienza con la disciplina, y esta debe comenzar desde el nacimiento. Creo que un niño necesita ser guiado con amor, con ternura, pero con disciplina desde el primer día.
Y la orientación bíblica traerá lo mejor de todo niño, sin embargo, el mejor entrenamiento es el modelado, pues lo que hacemos eso ellos harán, lo que hablamos ellos van a hablar, y en la forma en que pensamos ellos van a pensar. 'Haz lo que digo, no lo que hago’ no funciona, y dejar la formación del carácter de tu hijo en manos de los maestros en la escuela tampoco funciona. Un niño será lo que le entrenamos a ser, en el hogar; esa es una tarea de los padres y de nadie más, y es un trabajo a tiempo completo.
Si le das al niño la oportunidad de crecer en el temor de Dios y en el estudio de su palabra, lo más probable es que habrá poca necesidad de la corrección, esto es algo que yo practico en el hogar y me ahorra el dolor de tener que disciplinar a mis niños a menudo, y me ahorra el dolor de tener que usar la vara.
Mis hijos no son santos, pero con la ayuda del Espíritu Santo, los estoy guiando a la santificación, si voy a tener éxito o no, no es mi parte, eso está en manos de Dios.
Mi parte es ser consistente y persistente e incansable en esta tarea que nos ha sido dada por Dios, y practicar lo que predico para que ellos aprendan con mi ejemplo.
El verso incluido en el principio de esta nota no era para ella, yo tenía la intención de escribir sobre un tema totalmente diferente, pero el Espíritu Santo me guió en esta dirección, a él sea toda la gloria y el honor y alabanza, por los siglos de los siglos.
Escribiré sobre ese otro tema mañana, si Dios lo permite. Amén
Dios los bendiga a todos!

Rev. José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús

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