Mi pueblo perece por falta de conocimiento… (Oseas 4:6 a)
Las olas de la astucia y artimaña, incrustadas en el cristianismo de hoy, están haciendo caer a las multitudes en las trampas de Satanás, quien ha seducido a muchos hombres y mujeres dotados, hacia su nido con dulces promesas de gloria y triunfo. Satanás trató este truco con el Señor Jesús (Lucas 4:5-6), y estoy seguro de que trató muchos otros trucos con él, pero éste en particular se registra en la Biblia como una advertencia a aquellos que habrían de continuar los pasos de Jesús.
La verdad es que si nuestros líderes estuvieran inculcando en los hermanos el conocimiento profundo y la sabiduría de Cristo, la situación sería diferente. Sin embargo, nuestras iglesias están más bien espiritualmente descuidadas y desaliñadas, habiéndose inclinado mas bien a las actividades sociales, o aferrándose a las tradiciones, o fluyendo con las olas y las tendencias modernas de la adoración y el ministerio.
Sin embargo, la verdadera libertad ha sido sacrificada a una pantomima de la fe, que se centra en cualquier cosa, excepto el verdadero conocimiento de Cristo.
Donde no hay visión, el pueblo perece, pero el que guarda la ley es bienaventurado. (Proverbios 29:18)
Pero ¿cómo podría haber una visión, si el conocimiento que lleva a esa visión ha sido erradicado del púlpito?
¿Cómo podría haber una visión por las almas, una visión para el aprendizaje, una visión de servicio, una visión para las misiones, una visión para la administración, una visión para el ministerio, cuando la iglesia de Jesucristo se está convirtiendo en una red de entretenimiento, cuando las mayorías se están tornando hacia la atracción seductora del poder y la fama y la popularidad, cuando la gloria de Dios le ha sido robada y se ha establecido con ella un escenario para la gloria de los hombres.
No es de extrañar que tantas mega iglesias continúan prosperando y que tantos tele-evangelistas se están convirtiendo en mega-evangelistas. (Debo aclarar la posibilidad de que algunas de las mega-iglesias podrían estar haciendo un buen trabajo para Cristo y quizás algunos de estos tele-evangelistas podría ser honestos acerca de su compromiso con Cristo, y que aunque no he hecho ningún estudio al respecto, a simple vista la mayoría de los que observado no son más que mercaderes de decepción).
La iglesia tradicional no obstante se ha desinflado y sigue reduciéndose. Se ha perdido el poder, el poder y la unción del Espíritu Santo, y esto está sucediendo porque no hay una verdadera enseñanza que viene desde el púlpito.
El trabajo del pastor es el de equipar, es el de preparar, y es el de edificar, para engordar a los hermanos para el ministerio, y para motivar sus deseos de servir.
Para capacitar a los santos para la obra del ministerio, para que el cuerpo de Cristo pueda ser edificado, hasta que todos lleguemos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios y la madurez, a la medida de toda la plenitud de Cristo. (Efesios 4:12-13)
Y por la falta de ese conocimiento, por la falta de esa poderosa guía y enseñanza, y por la falta de preparación, el Cuerpo de Cristo está siendo rápidamente sobrecogido por esta enfermedad devastadora.
He visto a mi alrededor grandes ministros que han caído en la trampa de esta aberración, que han sido víctimas de la seducción de Satanás y que han arrojado a un lado la Biblia, para enseñar a sus ovejas sus propias doctrinas.
Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de humanos y los principios básicos de este mundo y no según Cristo. (Colosenses 2:8)
Esta advertencia es para ti, cristiano, y para que el ministro del evangelio. Sólo hay un evangelio y un Espíritu y un solo cuerpo de Cristo, sólo hay un Dios y un Cristo y sus enseñanzas están empapadas con instrucciones acerca de mantenerse alejados de los engaños de las ingeniosas palabras de estos hombres y mujeres que han vendido su alma al diablo a cambio de gloria y riquezas carnales.
Sumérgete tu mismo en el conocimiento de Cristo a través de la única verdadera guía infalible de su vida y filosofía, la Biblia. Y somete las enseñanzas de este mundo al conocimiento de Cristo. Pues Dios nunca dirá una sola palabra en contra de Su revelación escrita.
(Apocalipsis 22:18-19)
Que el Señor de todos los conocimientos, siga alimentándote con el conocimiento de su voluntad, y que Dios ponga a tu alrededor un escudo de revelación a través de su palabra, contra el conocimiento de este mundo insensato.
Rev. José A. Luna
Un siervo de Cristo Jesús