Yo sé que mi redentor vive, y que al final él permanecerá sobre la tierra. Job 19:25
Yo sé que mi redentor vive, y que al final él permanecerá sobre la tierra. Job 19:25
Alguien dijo una vez que la complejidad del cristianismo radica en su simplicidad. Y dar sentido al significado de esta frase nos lleva al mensaje de Pablo a los Corintios ‘El mensaje de la cruz es locura para los que se pierden, pero para los que se salvan, es el poder de Dios.’ (1 Corintios 1:18)
Y es esta simplicidad la que históricamente ha confundido a los sabios, porque tenemos una tendencia a idolatrar la sabiduría humana y a correr detrás de los milagros y las maravillas. Mas la posibilidad de correr detrás de un hombre que fue clavado en una cruz, y quien nos desafía a ser transformados, es algo menos que deseable.
La razón por la que alguien inventó el Zapper, la lámpara a la que los insectos voladores son atraídos para encontrar una muerte segura, se debe a que todo el mundo sabe que los insectos tienden a correr hacia la luz
Del mismo modo los seres humanos siempre han tenido la tendencia a correr detrás de las cosas brillantes, como el oro y los diamantes y piedras preciosas, y lo que hacen estas cosas valiosas no son ellas mismas, sino el valor que les hemos asignado. Debido a que son poco comunes, las tasamos como valiosas y por lo tanto nos desvivimos ante la posibilidad de llegar a poseer una de ellas. La historia nos enseña cómo en los tiempos de Colón, los exploradores intercambiaban secuencias de vidrio por oro con los indígenas, y porque para los indígenas el oro era común y las secuencias eran raras, estas eran valoradas por ellos más que el oro.
Hoy nos dedicamos a perseguir famosos artistas y gurús y líderes espirituales, pues queremos escuchar lo que ellos tienen que decir aunque sea inocuo o incoherente. Al igual que los insectos voladores a la luz, somos atraídos por las secuencias brillantes que nos ofrece la sabiduría del mundo y las maravillas y milagros de los superdotados, y en las cuales esperamos encontrar la iluminación espiritual y la paz y la prosperidad.
En un experimento realizado por el Washington Post el doce de enero del 2007, el reconocido violinista Joshua Bell se paro a la entrada de la estación del metro de L’Enfant Plaza en Washington DC. Por cuarenta y tres minutos Joshua toco con su violín los clásicos de Johann Sebastian Bach y otros grandes compositores en un Stradivarius, el cual ha sido tasado en 3,5 millones de dólares, mientras que la gente ocupada en la hora pico de la mañana le pasaba por el lado. Durante ese tiempo se recogieron tan sólo treinta y dos dólares y diecisiete centavos de los pocos peatones que sin detenerse lanzaron unos cuantos centavos a sus pies. Tres noches antes de de esta prueba, Joshua Bell había tocado la misma música a un teatro lleno a capacidad, en la majestuosa Sala Sinfónica de Boston a un costo mínimo de cien dólares por asiento. ("Perlas antes del desayuno 'Washington Post Por Gene Weingarten, 4/8/07)
Los fariseos, estaba a la espera de un rey que vendría en toda su gloria con un gran ejército en contra el establecimiento, a liberarlos del yugo de los romanos. En ves de esto, recibieron a un simple profeta, vestido en humildad y hablando de paz y de amarnos los unos a los otros.
De todas las religiones y líderes religiosos, sólo Jesús, nos enseña a renunciar a los caminos de este mundo materialista, a renunciar a una vida de avaricia y lujuria con el fin de encontrar la verdadera paz y la esperanza de gloria eterna en el cielo.
Sin embargo, como Joshua Bell tocando en el metro en un lugar en medio de la nada, el mensaje de Jesús no vino con colores o adornos, sino con una simple verdad dirigida a aquellos que tienen oídos para oír, sin secuencias brillantes, sin adornos extravagantes, sólo la verdad, y aun cuando, como la música de Joshua Bell, quien es el mejor de su clase y toca uno de los instrumentos más caros del mundo, no era escuchada porque era irrelevante para los transeúntes, el mensaje de Jesús un mensaje de vida, de victoria, de gloria, expresado con la voz de Dios mismo, tampoco podía ser escuchado, por la multitud poco impresionada que encuentra poco atractiva y vulgar la calidad de sus palabras. La verdad de la gloria del Todopoderoso y de la resurrección y la vida eterna fue escuchada y es escuchada, y continuará siendo escuchada por aquellos a quienes Dios ha elegido para tener un oído refinado a través del cual la iluminación y la esperanza y la alegría y una paz que sobrepasa todo entendimiento puede entrar y ser estampada en sus corazones, estampándolos con el sello de la salvación y la redención y la libertad.
Al igual que la luz del zapper a los insectos voladores, el mensaje del mundo es una trampa para los que se pierden, y el mensaje de la cruz sigue siendo poco atractivo para las masas, que se niegan a mirar a ningún otro lado excepto a las luces brillantes que les atrae a una muerte segura.
Pablo no hablaba a las multitudes de Corinto con elocuente discurso o prosa refinada, pero habló con audacia y sin restricciones acerca de un hombre y una cruz y una tumba y una resurrección.
Hoy escuchamos el mensaje de Jesús, pero estamos demasiado ocupados como para prestar atención, demasiado apresurados como para que nos importe. Y si tenemos un poco de tiempo, vamos a dárselo a las cosas que nos causan la menor cantidad de dolor, la mayor cantidad de entretenimiento, o que nos ofrecen las recompensas más altas. Estaríamos dispuestos a pagar cientos de dólares por asiento para escuchar las palabras de los adivinos y falsos profetas, que nos dirían a nuestros oídos lo que queremos oír.
Y lo que queremos es, la recompensa instantánea, la satisfacción instantánea, la gratificación instantánea, la gloria instantánea.
Pero Jesús demanda la compasión y la generosidad y el desprendimiento de las posesiones y los bienes y los juguetes.
El autógrafo de Joshua Bell es codiciado por sus seguidores. El ha sido galardonado con el premio Avery Fisher, reconociéndolo como el mejor músico clásico en Estados Unidos, pero ese día sólo una persona lo reconoció por lo que es, y sólo seis personas de unas mil cien se detuvieron durante unos minutos para escuchar su música. Para el resto de aquellos transeúntes, este no era más que otra molestia en su camino al trabajo la cual debían evitar.
Jesús nos dice: el Reino de los Cielos es semejante a un mercader que buscaba perlas finas, cuando encontró una de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró. (Mateo 13:45-46)
El Reino de los cielos es un tesoro muy bien escondido a la vista de todo el mundo, uno que nos trae alegría y paz y plenitud, y mientras caminamos apresuradamente por su puerta, deberíamos detenernos por un momento y escuchar su música. Porque una vez descubrimos su verdadero valor, no nos detendríamos ante nada hasta conseguirlo.
Para la mayoría de las personas entrevistadas después de los hechos de ese día en la plaza L’Enfant, la música de Joshua Bell era sólo ruido; aquellos que se detuvieron a escuchar, encontraron el calor y la paz que habita en ella.
Deténgase y escuche la voz de Jesús, porque su palabra es viva y eficaz y más cortante que una espada de doble filo, y penetra hasta partir el alma y espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12)
Que el Señor os bendiga con una audición bien fina, para que pueda usted escuchar su palabra; una perla inapreciable!
Rev. José Antonio Luna
Siervo de Cristo Jesús